sábado, 27 de abril de 2013

Sd.Kfz.9 Famo y StuG.III


Sd.Kfz.9 Famo c/Plataforma y StuG.III C/D
En 1938 la compañia Fahrzeug und Motorenbau GmbH (FaMo) comienza la producción del semioruga de 18 toneladas «Panzerbergegerüt 18t Sd.Kfz.9», diseñado con el objeto de remolcar piezas de gran calibre y servir como vehículo de recuperación y transporte de carros.
LA MAQUETA
Para ser sincero, el motivo que me animó a acometer este proyecto no fue otro que el hecho de que mi amigo José Antonio Azorín hicera una compra vía Internet a Japón, el cual accedió a incluir este «pequeño paquete» en su pedido. Había visto el modelo un poco por encima, pero me frenaba el elevado precio con el que se comercializa en nuestro país. La firma japonesa produce una maqueta independiente del semioruga y otra que lo incluye junto con la plataforma de transporte Sd.Ah. 116 (ver kits y accesorios utilizados), y después de recibir esta última pude ingresar en el cada vez más numero- so club de poseedores del Famo de Tamiya.
Lo primero que hice nada más abrir la caja fue lo que, supongo, hacemos todos los modelistas cuando estamos ante una nueva adquisición: ir examinando detenidamente las piezas en sus respectivas planchas para hacemos una primera idea de tamaños y formas. Pero a no ser que dispongamos de una mesa kilométrica aconsejo que esta ojeada preliminar se haga en el suelo de nuestra habitación, ya que los bastidores de piezas de este Famo con su plataforma, todos extendidos, ocupan una superficie de unos cuatro metros cuadrados.
El modelo en cuestión es una auténtica gozada. No hay en él puntos flojos, y absolutamente todos los encajes de las piezas son perfectos. Si durante la fase de construcción sumamos a sus cualidades el fotograbado de Aber —que mantiene el excelente nivel de calidad al que nos tiene acostumbrados esta marca—, podemos olvidamos de cualquier problema de montaje. Únicamente se puede achacar al kit japonés el pobre, por no decir nulo detallado del compartimiento del motor. Por fortuna el mencionado fotograbado de Aber, sumado a las magníficas fotos que podemos consultar en el monográfico de la serie Nuts & Bolts (ver bibliografía) nos llevarán tiempo a la hora de detallar dicho compartimiento.


MONTAJE DEL FAMO
La parte más delicada es la correspondiente a los cierres de sujeción para los fusiles, ya que hay que pegar varios juegos de los mismos sobre una barra muy fina y la superficie de contacto es mínima. Para ello existe un truco, consistente en utilizar el acelerador para cianoacrilato de la marca Pacer, comercializado en pulverizador. Se unen las piezas a pegar, se pulverizan unas gotas de acelerador y el cianoacrilato queda fraguado al instante. Este producto no ataca al plástico ni a la pintura, y tampoco deja cercos y brillos. Posteriormente hemos de tener mucho cuidado a la hora de manipular la maqueta, ya que un golpecito puede hacer saltar uno o varios de estos enganches.
Me resta comentar que la maqueta del Famo ha sido montada y pintada en dos fases. El tren de rodaje, chasis, orugas y motor fueron pintados por separado y posteriormente se ensamblaron la cabina y la caja.






PLATAFORMA Y STUG.III

Respecto a la plataforma, ha sido montada prácticamente «de caja». Unicamente sustituí el cable de arrastre del tomo trasero por hilo de torzal, y los enganches de las herramientas, cierres de cajones y pequeños enganches de la lona por fotograbados, utilizando para ello la referencia genérica que también nos ofrece Aber. He montado y pintado por separado los dos bogies y la plataforma de madera propiamente dicha.
En cuanto al StuG.III de Dragon, y pese a ser una maqueta que ya lleva varios años en el mercado, mantiene unos parámetros de calidad bastante aceptables, aunque debemos llevar a cabo algunas mejoras. Su error más flagrante es que las planchas del techo vienen remachadas, cuando en realidad estaban atornilladas. Por tanto, hay que lijar cada remache y con una broca fina hacer en su lugar un pequeño agujero, en el cual insertaremos un pequeñísimo trozo de plástico estirado y depositaremos una gota de pegamento de capilaridad (MicroWeld, Tamiya, etc).
Dragon incluye para todas las siones de este carro el mismo cubre motor, pero este modelo no llevaba las tapas de los cubre motores y por lo tanto también debemos quitarle sus enganches. Hay que añadir a su vez los cables eléctricos de los faros y la bocina, tomando como referencia las ilustraciones que aparecen en
el monográfico de la colección Achtung Panzer dedicado a este blindado. También he sustituido el cañón por otro en aluminio de Jordi Rubio. El resto del detallado lo he completado siguiendo las instrucciones del fotograbado de Aber, y tomando como referencia el mencionado monográfico. 








PROCESO DE PINTURA
El primer paso será pintar el motor del Famo y su compartimiento. Si bien algunas fuentes indican que los motores de los semiorugas alemanes iban pintados en vivos colores, cada uno con su código RAL concreto con objeto de facilitar la identificación de las piezas, de los repuestos y hacer reparaciones, no he encontrado ninguna documentación al respecto, decidiéndome a pintar el motor en un color gris oscuro, casi negro, pero variando el tono según las piezas. Esto me dará una buena base para aplicar lavados con colores como marrón óxido o negro grasiento. Mezclando un poco de negro muy diluido con barniz brillante he reproducido algunos chorretones de grasa desde las tapas del aceite. El filtro del aire está pintado de gris oscuro mezclado con barniz brillante, y sobre éste he añadido unos desconchones en un gris un poco más claro, obteniendo así una apariencia metálica muy convincente. Sobre la pared del motor fundo pinceladas de óleo en tonos marrones y óxidos a modo de chorreadas.
Si analizamos fotos en color de la época, podemos observar que el color gris panzer con el que iban pintados los vehículos germanos podía variar desde un gris oscuro casi negro, motivo por el cual los Panzer 1 que combatieron en la Guerra Civil española eran conocidos como –negrillos-, hasta un gris azulado, decantándome por esta última tonalidad porque considero que ofrece más opciones a la hora de jugar con diferentes tonos y efectos.
He obtenido dicho tono mezclando gris panzer XF63, gris azul XF5O y gris medio XF2O, todos ellos de Tamiya, más un poco de barniz satinado. No podría indicaros unas proporciones exactas, ya que fui añadiendo colores hasta conseguir un tono que me agradase. Respecto a esto, tampoco debemos olvidar que estamos pintando una maqueta que supera el medio metro de longitud (concretamente 65cm entre vehículo y plataforma, además del carro colocado sobre esta última), por lo que prepararemos una considerable cantidad de pintura.
Primero aplico, siempre con la pintura muy diluida, un par de manos con el color base. Después y añadiendo a éste gris claro doy varias subidas, iluminando el centro de los paneles, la parte más curva de los guardabarros, las aristas y esquinas, y en definitiva las zonas con mayor incidencia de luz. No importa, incluso creo que es conveniente, que las subidas de luz estén muy marcadas (el aspecto que ofrece la maqueta en este momento es el de, una cebra). Si nos quedamos cortos con las subidas apenas se notarán cuando demos un par de lavados. Por contra, si nos pasamos, con incidir un poco más con los lavados lo arreglaremos.
Una vez aplicados el color base y las subidas, empiezo dando un lavado general empleando una mezcla compuesta de óleo tierra sombra tostada, ocre oro transparente y tierra sombra natural, todos ellos de Titán. Para ello yo empleo unos prácticos vasito que se pueden encontrar en las tiendas de ((todo a cien». En uno de estos vasos deposito un poco de disolvente Odorless de Winsor & Newton, el cual es inodoro y disuelve perfectamente los óleos, secando bastante pronto y sin sorpresas. En este disolvente añado con el pincel pequeñas cantidades de los tonos indicados y directamente con un pincel del Nº 6 aplico este primer lavado sobre la maqueta. Una vez seco, y si vemos que el tono continúa pareciendo muy claro, se puede dar otro lavado y así sucesivamente hasta que nos guste.
Ahora es el turno de pintar pequeños desconchones en las zonas más expuestas al roce. Para ello uso negro y rojo de Vallejo junto con un pincel muy fino, del Nº 00 por ejemplo. Tras pintar los desconchones aplico por toda la maqueta unos fundidos, empapando la superficie con disolvente y depositando pequeños churreadas de óleo en las superficies verticales; tonos tierra y ocres fundidos unos con otros. Al igual que los lavados, estos fundidos se pueden aplicar todas las veces que se quiera hasta conseguir la intensidad deseada, con la única condición de dejar secar perfectamente entre uno y otro.
Terminada la empolvar la fase anterior, paso a zonas bajas de la maqueta con el aerógrafo. La pintura debe estar extremadamente diluida, pues de lo contrario se corre el riesgo de arruinar todo el trabajo anterior. Este empolvado ha de ser muy sutil, pues para completarlo todavía me queda aplicar unas aguadas. Esta técnica, cuyo inventor, pionero o como se quiera llamarlo es Miguel Jiménez –Mig-, es la mejor para simular el polvo arrastrado, aunque también la más peligrosa porque sin darte cuenta uno puede cargarse por completo la maqueta. Tal vez en mi modelo he pecado de prudente utilizándola, pero si no se domina por completo es mejor dejarla así. Consiste básicamente en pintar con un pincel fino rayas verticales siguiendo el camino lógico de la lluvia, con una mezcla de agua y unas gotitas de buff XF57 de Tamiya. En el momento de aplicarlas no se puede apreciar bien el resultado, debiéndose esperar a que los trazos sequen. Si nos hemos pasado con la proporción de color buff nuestro vehículo volverá a
parecer una cebra, pero esta vez ya no tendrá arreglo. Yo las he aplicado por toda la maqueta, obteniendo, creo, el mejor resultado en el parabrisas.
En cuanto al StuG.III he seguido unos pasos similares, si bien he reproducido un camuflaje a base de manchas alargadas con field grey XF65 con el objeto de romper un poco la monocromía del conjunto.


















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